sábado, 17 de julio de 2010

David Guerra Oquendo

por Joel Lázaro Carbonell Guilar

Periodista Independiente

Presidente, Organización de Derechos Humanos Cubanos Libres

 

6 de Junio del 2010

 

Foto:  Joel Lázaro Carbonell Guilar

 
 
A: Departamento de Derechos Humanos

 

De: Organización de Derechos Humanos Cubanos Libres

 

David Guerra Oquendo, vecino de Calle 22 No. 74, Apto. 5, entre 11 y Línea, Vedado, Plaza, de 31 años de edad.

 

El 22 de febrero del 2010, se presento a juicio en la Causa 400/09, por los delitos de Malversación, Falsificación de Documentos Privados y de Incumplimiento del Deber de Preservar Bienes de Entidades Económicas.

 

Como se probó y comprobó en la vista oral y declaraciones de testigos, David no incurrió en ningunos de los delitos que se le adjudicaban, y al final lo sancionaron arbitrariamente por “incumplimiento del deber de preservar los bienes de entidades económicas”.

 

Anteriormente a la vista oral, agentes de la Seguridad del Estado, se presentaron en el trabajo de David para desacreditarlo, ya que la madre (Juana Oquendo Gómez) es Dama de Apoyo a las Damas de Blanco, además de estar vinculada a partidos políticos de la oposición como Secretaria Ejecutiva del Partido Liberal Ortodoxo. Esta visita ocurrió el 17 de septiembre del 2009

 

Los agentes le han hecho visitas inoportunas a David en su centro laboral, advirtiéndole que aconseje a su madre, que cesé sus actividades políticas.

 

El día 24 de septiembre del 2009, el Agente Reinier de la Sección 21, acompañado de otro oficial mas, se personaron en el trabajo de David y le informaron que su madre tenía la tarjeta blanca retenida por 6 meses por cada participación de ella con las Damas de Blanco, partir de que en un futuro, ella decida salir del país.

 

El 7 de octubre del 2009, un agente de la seguridad, obliga a David a montarse en su moto Suzuki color azul, y lo lleva hacia el parque de línea y paseo, con el objetivo de amenazarlo y poner nerviosa su madre.

 

Juana, alega que los sucesos que le están ocurriendo a su hijo, es producto a ataques por parte de agentes de la Seguridad del Estado hacia ella por mediación de su hijo; que teme que le ocurra algo.

 

Como consta en las investigaciones, David es un joven ejemplar que nunca ha tenido problemas con la justicia, para que agentes de la Seguridad del Estado lo estén molestando tanto.

 

Juana Oquendo siente un bien fundado temor y se encuentra desesperada sin saber qué hacer, ya que asegura y sabe de lo que son capaces estos agentes, y se sabe que todo queda en la impunidad.


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