por Joel Lázaro Carbonell Guilar
Activista de Derechos Humanos
23 de Septiembre de 2011
La Habana. Alrededor de las 8 y 30 de la mañana, dos agentes policiales se presentaron en la casa de la Dama de Blanco Juana María Oquendo Gómez, con el objetivo de ser trasladada hacia la unidad policial, ubicada en la calle Zapata y C, municipio Plaza de la Revolución.
Según Juana, dos policías vestidos de civil, llegaron a su casa y se identificaron como agentes de “búsqueda y captura”, y debía ser conducida hacia la unidad por una supuesta causa levantada por daños.
Oquendo sospecho que eso era obra de la policía política, para impedir que pudiera asistir al día siguiente a la Iglesia de Las Mercedes, donde asistirían Las Damas de Blanco por ser el día de este santo. Realizo varias llamadas telefónicas logrando que los agentes se retiraran comunicándoles estos, que fuera por sus propios medios.
Al llegar a la unidad –comenta Juana– “ya estaba la seguridad, me subieron para la oficina del Jefe de la Unidad, me dijeron que era un malentendido y que me podía retirar, conmigo fue mi hijo y el presidente de mi Partido Ángel Reinaldo Saladrigas, que se quedaron afueras esperándome”.
Oquendo Gómez, ha estado denunciando últimamente la represión que se ha desatado contra su persona, “en días anteriores fui al policlínico porque me sentía muy mal, recibí un pequeño repudio por parte del personal, me dijeron que fuera a verme con los Americanos” –dice Juana y continua– “me tuve que ir, porque sabía que me estaban provocando mandados por los agentes de la seguridad del estado”.
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